Cuidado intensivo en tres zonas: cara, cuello y escote
De nada sirve cuidar la piel del rostro si el cuello o el escote delatan la edad. Y es que los signos del envejecimiento se hacen más visibles en estas zonas, a las que apenas se les presta atención, debido a que son zonas más vulnerables al ser la piel más fina y estar menos protegida. La piel del cuello, fina y delicada y con tendencia a la flacidez, ha de luchar contra la fuerza de la gravedad las 16 horas que permanecemos despiertos. Si no se cuida, sobre todo en edades maduras, es cuando surgen las arrugas en forma de "collar". Y lo mismo pasa con el escote, que se deshidrata rápidamente dando lugar a la aparición de arrugas cruzadas y manchas.
Ponte guapa ahorrando
La situación económica actual lleva a la mujer a ser más prudente a la hora de elegir los productos que compra y a que el precio haya pasado a ser un factor clave en la decisión de la compra. Por ello, en muchos casos utiliza una crema específica para el rostro también para otras zonas que requieren más cuidado específico e intensivo, ya que usar varias cremas supone aumentar considerablemente el gasto.
Qué necesita una piel madura
Lo ideal es que una piel madura esté cuidada por una crema que ofrezca una potente acción anti-envejecimiento con resultados testados y a un precio atractivo. En definitiva, una sola crema que actúe en los tres frentes, no sólo en el rostro sino también en el cuello y el escote de manera intensiva, consiguiendo regenerar aquellas células dañadas con el paso del tiempo.
Los complementos nutricionales
Para prolongar la juventud de nuestra piel, la mejor estrategia es procurarle nutrición desde el exterior, con cosméticos antiedad, y desde el interior, con complementos nutricionales en comprimidos que contengan poderosos activos antioxidantes.
Las hormonas tus aliadas
Las hormonas aliadas de tu peso, como la DHEA, la del crecimiento y la testosterona, circulan a los 40, en menor cantidad por tu organismo. Eso hace que la masa muscular tenga cierta tendencia a disminuir si no haces ejercicio y que el metabolismo funcione a un ritmo todavía más lento, también por lo que respecta al gasto calórico o la renovación celular de la piel. Sin embargo, tienes algo a tu favor: la edad te ha hecho más constante y eres capaz de vislumbrar el objetivo de adelgazar y de luchar por él con mayor ahínco que cuando eras más joven. Del mismo modo, ahora eres más consciente de lo que necesitas y de lo que implica cuidarse hoy para estar bien mañana, y conoces mejor tu cuerpo y cómo responde a determinados estímulos.
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